Pasta y control del peso
El consumo de pasta ha sido tradicionalmente cuestionado en relación con el aumento de peso. Sin embargo, diversas investigaciones han demostrado que la pasta, cuando se incluye en una dieta equilibrada, no contribuye al sobrepeso ni a la obesidad. Este alimento básico ha sido objeto de numerosos estudios que destacan su potencial positivo para la salud, siempre que se consuma con moderación y en combinación con otros nutrientes esenciales.
Estudios científicos sobre la pasta
Un análisis exhaustivo realizado por el Instituto Nacional de Salud, que revisó más de 30 estudios, concluyó que la pasta no está asociada con el incremento del peso corporal en adultos ni en niños saludables. Se ha evidenciado que la pasta, al formar parte de una dieta balanceada, puede integrarse sin riesgos significativos para el control del peso.
Por otra parte, la forma en que se cocina la pasta también ha sido señalada como un factor relevante. El cirujano bariátrico Leonardo Rejón explicó que al cocinar la pasta “al dente”, el almidón presente se transforma en fibra, reduciendo el índice glucémico. Como resultado, la absorción de azúcares es menor, lo que disminuye la posibilidad de ganar peso. En contraste, una cocción prolongada eleva el índice glucémico, facilitando una digestión rápida que puede influir en el aumento de peso.
La pasta en la dieta mediterránea
La pasta forma parte esencial de la reconocida dieta mediterránea, caracterizada por sus múltiples beneficios para la salud cardiovascular y metabólica. Un estudio publicado en la revista Nature mostró que su consumo, junto a vegetales, legumbres y aceite de oliva, se relaciona con un menor índice de masa corporal y una mejor distribución de la grasa corporal.
La calidad de la pasta también es importante. La pasta elaborada con trigo duro posee un índice glucémico más bajo y mayor contenido proteico que las variedades más procesadas, según la nutricionista Federica Amati. La opción integral aporta beneficios extra, como mayor fibra, vitaminas y minerales, que favorecen la saciedad y el equilibrio del microbioma intestinal.
Recomendaciones para un consumo saludable
Para integrar la pasta dentro de una alimentación saludable, se recomienda consumirla en porciones moderadas, acompañándola con proteínas magras, grasas saludables y una variedad de vegetales. En Italia, por ejemplo, la pasta rara vez es el plato principal y se sirve en cantidades equilibradas: un cuarto del plato de pasta, un cuarto de proteínas y la mitad restante de vegetales, según Amati.
En conclusión, la evidencia científica indica que la pasta, cuando se elige con criterio y se consume adecuadamente. Puede ser un alimento aliado para mantener un peso saludable y promover el bienestar general.