Las vitaminas y suplementos nutricionales han ganado popularidad en todo el mundo, pero ¿realmente necesitamos tomarlos? A continuación, exploraremos cuándo estos productos pueden ser beneficiosos y cuándo es mejor confiar en una dieta equilibrada.
¿Quiénes se Benefician de los Suplementos?
Mujeres Embarazadas y Personas Mayores
Para ciertas poblaciones, como mujeres embarazadas y personas mayores, los suplementos pueden ser útiles. Por ejemplo, las mujeres embarazadas necesitan ácido fólico para prevenir defectos congénitos, mientras que las personas mayores con osteoporosis pueden beneficiarse de suplementos de calcio y vitamina D.
Veganos y Celíacos
Los veganos y celíacos a menudo requieren un multivitamínico para complementar los nutrientes que no absorben completamente de su dieta. Estos suplementos pueden ayudar a cerrar las brechas nutricionales.
Atletas de Alta Intensidad
Los atletas que participan en entrenamientos agotadores y competencias intensas también pueden justificar el uso de suplementos. Por ejemplo, los jugadores profesionales de hockey queman una cantidad increíble de energía y pueden recurrir a licuados de proteínas para mantener su ingesta adecuada.
¿Quiénes No Necesitan Suplementos?
Dieta Equilibrada: La Clave
En general, la mayoría de las personas no necesitan suplementos si siguen una dieta equilibrada. Matthew Silvis, vicepresidente de operaciones clínicas de Medicina Familiar y Comunitaria de Penn State Health, enfatiza que una alimentación rica en frutas, verduras y otros alimentos nutritivos proporciona todos los nutrientes necesarios para mantener la salud.
Consulta con un Profesional
Antes de comprar suplementos, es recomendable hablar con un médico. Si el cuerpo no necesita un nutriente específico, es probable que elimine el exceso. Además, busca productos aprobados por la NSF Certified for Sport para garantizar su seguridad.
Aunque la industria de las vitaminas es multimillonaria, la mayoría de las personas pueden prescindir de los suplementos si llevan una dieta equilibrada. La clave está en la consulta médica y la toma de decisiones informadas.