Dolor de pies: remedios caseros que funcionan

Cómo aliviar el dolor de pies en casa

Baños de contraste para dolor de pies o hinchazón

Si sientes dolor de pies o hinchazón después de correr o de estar mucho tiempo de pie, puedes probar a hacer un baño de contraste.

Consiste en sumergir los pies alternativamente en agua fría y caliente, con una cucharada de sal en cada recipiente.

Recomendado:

El agua fría ayuda a reducir la inflamación y el dolor, mientras que el agua caliente relaja los músculos y mejora la circulación.

Puedes hacerlo durante unos 10 minutos, varias veces al día, y notarás la diferencia.

Hielo para pies inflamados o lesionados

Otro remedio casero para el dolor de pies es aplicar hielo sobre la zona afectada.

El hielo tiene un efecto antiinflamatorio y analgésico, ya que contrae los vasos sanguíneos y disminuye el flujo de sangre.

Si tu dolor es en la planta del pie, puedes usar una botella de agua congelada y masajearla desde el talón hasta los dedos.

Hazlo durante unos 5 minutos cada hora, y si el dolor persiste, visita a un podólogo.

Masajes con cremas o aceites para pies cansados o secos

Los masajes son una forma excelente de cuidar tus pies y prevenir las molestias.

Además de relajar los músculos y estimular la circulación, los masajes hidratan y nutren la piel de los pies, evitando las grietas y las durezas.

Puedes usar una crema hidratante con urea, que tiene un efecto exfoliante y regenerador, o un aceite esencial, como el de argán, rosa mosqueta, almendras o coco, que tienen propiedades antioxidantes y reparadoras.

Masajea tus pies con una pequeña cantidad de producto cada día, y verás cómo se vuelven más suaves y flexibles.

Andar descalzo para pies débiles o tensos

Andar descalzo es una forma natural de fortalecer los pies y mejorar su salud.

Al andar descalzo, activamos los receptores sensoriales de la planta del pie, que nos ayudan a equilibrarnos y a adaptarnos al terreno.

También ejercitamos los músculos, tendones y ligamentos de los pies, que se vuelven más resistentes y elásticos.

Además, andar descalzo por superficies irregulares o arenosas favorece la eliminación de las células muertas y la piel dura.

Intenta andar descalzo por casa, por la playa o por algún lugar seguro, y notarás cómo tus pies se sienten más libres y saludables.

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