La riqueza no garantiza bienestar
La relación entre la riqueza y el bienestar mental ha sido cuestionada por varios estudios recientes. Aunque muchas personas asumen que una economía más desarrollada conduce a una mayor felicidad, las investigaciones indican lo contrario.
¿Qué dicen los estudios?
Un estudio exhaustivo del «Estado Mental del Mundo en 2023» revela que la prosperidad económica no siempre está ligada al bienestar mental. Este informe, que incluye datos de más de 500,000 personas en 71 países, muestra que algunos países con economías avanzadas se posicionan más abajo en salud mental que varias naciones en desarrollo.
Indicadores clave del bienestar mental
El estudio utiliza el Cociente de Salud Mental (MHQ), una escala de 300 puntos, para evaluar el bienestar mental global. En 2023, la puntuación media fue de 65, con un 27% de países clasificados como «angustiados» y un 38% como «prósperos». Estos resultados son consistentes con los del año anterior, demostrando que la riqueza no es el único factor que afecta la salud mental.
En América Latina, México se destaca, ocupando el puesto 22 con un MHQ de 76, lo que lo posiciona en el tercio superior junto a otras naciones de la región.
Dimensiones del bienestar mental
El concepto de bienestar mental abarca diversas áreas como la motivación, resiliencia y la capacidad de adaptación. Aunque el 26% de los mexicanos encuestados se clasificó como «angustiados», México obtuvo buenas calificaciones en estas dimensiones.
Jennifer Newson, experta en salud mental de Sapien Labs, subraya que este estudio busca cerrar las brechas en la investigación de salud mental. A diferencia de otros estudios que se enfocan en depresión o ansiedad, el MHQ mide el desempeño mental en general.
Más allá de la felicidad
El informe destaca que la felicidad es solo un aspecto del bienestar mental. Según la OMS, el bienestar mental se define como la capacidad para enfrentar el estrés cotidiano, trabajar de manera productiva y contribuir a la comunidad.
En conclusión, el bienestar mental no depende exclusivamente de la riqueza, sino de un conjunto más amplio de factores que incluyen la resiliencia emocional y la capacidad de tomar decisiones adecuadas.