La influencia positiva en nuestra salud
Tener un gato en casa no solo proporciona compañía, sino que también se ha demostrado que tiene un impacto positivo en la salud física y mental de sus dueños. Al llegar a casa después de un día agotador, la simple presencia de un felino puede ayudar a olvidar el estrés diario. Estos animales, aunque a veces esquivos, tienen sus propias formas de demostrar cariño. Cuando enfrentamos un mal día, a menudo son los primeros en acercarse y ronronear, brindándonos un reconfortante sentido de compañía. Según la campaña de la Fundación Affinity -Contigo, 7 vidas- de 2016, se han evidenciado múltiples beneficios de convivir con un gato.
Menos posibilidades de alergias y asma
Entre el 5 y el 10% de la población general padece alergias a perros y gatos, siendo la alergia a los felinos la más común. Aproximadamente 2,5 millones de personas en España sufren de asma. Sin embargo, los niños que crecen con un gato tienden a desarrollar tolerancia inmunológica a los alérgenos felinos, como indica el estudio sobre el efecto de la tenencia de mascotas en el desarrollo del asma en preadolescentes.
Reducción del estrés
Acariciar a un gato se ha asociado con la reducción de los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Este contacto físico también incrementa la producción de ondas tetha en el cerebro, que están relacionadas con estados de relajación y calma profunda. Esto puede ser crucial para mitigar síntomas de malestar psicológico.
Efecto terapéutico en personas con autismo
Los niños con trastorno del espectro autista (TEA) tienden a relacionarse mejor con los gatos que con los perros. Investigaciones recientes han demostrado que la comunicación que ofrecen los felinos, como miradas cortas pero frecuentes, se adapta mejor a los estilos de interacción de estos niños.
Apoyo emocional en momentos difíciles
El 67% de las familias afirma que su gato está presente cuando lo necesitan, proporcionando un gran apoyo emocional. Además, el contacto físico con mascotas se ha relacionado con un aumento en los niveles de oxitocina, la hormona del amor.
Menor riesgo cardiovascular
Tener un gato se asocia con la reducción del estrés y de la presión arterial, lo que contribuye a un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Sentirse menos solo
Los felinos brindan compañía y generan confianza. Según una encuesta realizada en 2011, el 87% de los encuestados afirmó que tener una mascota había impactado positivamente en sus vidas, mientras que el 75% reportó sobrellevar mejor la rutina gracias a la compañía de su gato.
Incremento del bienestar
Observar a un gato puede aportar alegría y bienestar, contribuyendo a un estado de relajación y felicidad en el hogar.