Importancia del queso en la dieta
El consumo de queso puede tener un impacto significativo en la salud cerebral, especialmente cuando se sigue una dieta saludable. Según los expertos, una alimentación equilibrada es esencial para prevenir el desarrollo de la demencia a medida que se envejece. Kathryn Porter Starr, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, señala que patrones alimentarios como la dieta MIND, que combina elementos de la dieta mediterránea y DASH, están relacionados con una mejor función cognitiva.
Beneficios de la dieta MIND
Esta dieta se centra en la ingesta de verduras –particularmente las de hoja verde–, frutos secos, bayas, legumbres, cereales integrales, pescado, y aceite de oliva virgen extra. Por el contrario, limita la carne roja, los productos procesados, el queso convencional, y los dulces. Las personas que siguen este patrón alimentario se benefician de capacidades cognitivas equivalentes a 7.5 años más jóvenes.
¿Qué pasa con el queso?
Para aquellos que no pueden vivir sin un buen queso, la pregunta es: ¿cuánto se puede consumir? María Purificación González, profesora de Nutrición en la Universidad CEU San Pablo, explica que el queso forma parte de una dieta equilibrada. Se recomienda consumir entre 2 y 3 raciones de lácteos al día, aumentando a 3-4 raciones en niños, embarazadas y personas mayores. En adultos, se aconsejan lácteos bajos en grasa para reducir el riesgo de enfermedades.
Cantidad recomendada
Aunque no hay una ración estándar establecida, en España se sugiere un consumo de 25 a 50 g de queso, que corresponde al tamaño del dedo índice. Esta cantidad es adecuada para mantener una dieta saludable sin sobrepasar las recomendaciones nutricionales.
Salud cerebral y elección del queso
Dado que los alimentos ultraprocesados, incluido el queso, pueden afectar negativamente la salud cerebral, se recomienda optar por quesos mínimamente procesados. La Dra. Betsy Grunch, neurocirujana, aconseja verificar la lista de ingredientes; si contiene nombres que no se reconocen, es mejor evitarlo. Ella prefiere quesos como cheddar y brie, que contienen ácido linoleico conjugado, conocido por sus beneficios en la función cognitiva.
Quesos recomendados
El Dr. Mill Etienne, intolerante a la lactosa, sugiere quesos bajos en lactosa, como el suizo, parmesano y cheddar. También menciona el uso de queso feta en ensaladas, especialmente el elaborado con leche de cabra o de oveja.
Conclusión
En resumen, los neurólogos coinciden en que al elegir queso, se deben seleccionar opciones mínimamente procesadas y bajas en grasas saturadas. Mientras el cuerpo tolere el queso, no hay razón para eliminarlo de la dieta, siempre y cuando se mantenga un enfoque equilibrado hacia la alimentación.