La OMS te lo dice
El pan es uno de los alimentos más consumidos en el mundo.
Su sabor, su versatilidad y su valor nutricional lo convierten en un elemento indispensable de la dieta humana.
Sin embargo, muchas personas se preguntan si comerlo es bueno o malo para la salud, y cuánto se debe consumir al día para mantener un equilibrio.
En este artículo te vamos a explicar qué cantidad es saludable comer al día, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
También te vamos a dar algunos consejos para elegir el tipo de pan más nutritivo y cómo combinarlo con otros alimentos para obtener una alimentación variada y completa.
El pan contiene hidratos de carbono, que son la principal fuente de energía para el organismo.
También aporta vitaminas del grupo B, que intervienen en el metabolismo de los nutrientes y en el funcionamiento del sistema nervioso.
Además, ofrece minerales como el fósforo, el potasio y el magnesio, que contribuyen al mantenimiento de los huesos, los músculos y el equilibrio hídrico.
Según la OMS, las personas deben consumir 250 gramos de pan por día dentro de una alimentación saludable; esto es el equivalente a una baguette en peso.
No obstante, esta cantidad puede variar según el nivel de actividad física de cada persona.
Por ejemplo, las personas que practican deportes extremos o ejercicios con peso, necesitan una mayor ingesta de calorías para mantener sus niveles de energía.
En este caso, la OMS sugiere una cifra más elevada: 400 gramos de pan al día.
El pan es un alimento básico que aporta muchos beneficios, pero también hay que consumirlo con moderación
Pero no todo es igual. Hay diferentes tipos de pan según los ingredientes y el proceso de elaboración que se utilicen.
Algunos son más saludables que otros, y por eso es importante saber elegir el más adecuado para nuestra dieta.
Lo más recomendable es optar por el pan integral o de granos enteros, que contiene más fibra, vitaminas y minerales que el pan blanco o refinado.
La fibra ayuda a mejorar la digestión, a regular el tránsito intestinal y a controlar el apetito.
Además, el pan integral tiene un índice glucémico más bajo que el blanco, lo que significa que provoca una menor elevación de la glucosa en la sangre y, por tanto, una menor secreción de insulina.
Otro aspecto a tener en cuenta es la forma de consumirlo.
El pan puede ser parte de un desayuno, una comida o una cena saludable, siempre que se combine con otros alimentos que aporten proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales.
Por ejemplo, se puede acompañar el pan con queso fresco, jamón, huevo, aguacate, tomate, lechuga, atún, etc.
Así se logra una mayor saciedad y se evita el exceso de calorías.
En conclusión, el pan puede ser parte integral de una dieta saludable cuando se consume con moderación y se eligen opciones nutritivas.
El pan aporta energía, vitaminas y minerales que son esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
Sin embargo, hay que tener en cuenta la cantidad, el tipo y la forma de consumir el pan, para evitar los posibles efectos negativos que puede tener un consumo excesivo o inadecuado de este alimento.
Recuerda que lo más importante es seguir una alimentación equilibrada, variada y completa, que incluya todos los grupos de alimentos y que se adapte a tus necesidades y preferencias.