Cómo el frío podría ayudarnos a vivir más y mejor
¿Sabías que el frío puede tener efectos beneficiosos para tu salud y tu esperanza de vida? Así lo sugiere un reciente estudio publicado en Nature Aging, que revela un posible mecanismo por el cual el frío impulsa la eliminación de proteínas dañadas de las células.
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El frío y las enfermedades neurodegenerativas
Las proteínas dañadas o mal plegadas se acumulan en las células y pueden causar enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, el párkinson, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o la enfermedad de Huntington.
Estas enfermedades suelen aparecer con la edad y afectan a la función cognitiva y motora de las personas.
Los investigadores de la Universidad de Colonia, en Alemania, quisieron averiguar si el frío podría influir en este proceso de acumulación de proteínas y si esto tendría algún efecto sobre la longevidad.
Para ello, realizaron experimentos con gusanos de la especie Caenorhabditis elegans y con células humanas cultivadas en el laboratorio.
Los resultados del estudio
Lo que observaron fue que las temperaturas más bajas activaban un mecanismo llamado autofagia, que consiste en que las células se «comen» a sí mismas para eliminar los residuos y las partes defectuosas.
De esta manera, se reducían los cúmulos de proteínas dañadas tanto en los gusanos como en las células humanas.
Además, los gusanos expuestos al frío vivían más tiempo que los que se mantenían a temperatura normal.
Esto sugiere que el frío podría tener un efecto protector contra el envejecimiento y las enfermedades asociadas.
Las implicaciones para la salud humana
Los autores del estudio señalan que:
«Las temperaturas extremadamente bajas son perjudiciales, pero un descenso moderado de la temperatura corporal puede tener efectos beneficiosos para el organismo«.
Sin embargo, advierten que se trata de un estudio preliminar y que se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos y entender mejor los mecanismos implicados.
Así pues, no te estamos diciendo que te pongas a hacer baños de hielo o que duermas con la ventana abierta en invierno.
Pero quizás podrías probar a bajar un poco el termostato o a darte una ducha fresca de vez en cuando. Quién sabe, tal vez así estés contribuyendo a mejorar tu salud y tu longevidad.
¿Te ha gustado este artículo? ¿Te gustaría saber más sobre cómo el frío puede afectar a tu organismo?