Dieta mediterránea y ejercicio: una fórmula para perder grasa abdominal

¿Qué beneficios tiene esta dieta combinada con actividad física?

Un estudio revela los efectos positivos de esta intervención en la salud

Las personas mayores que siguieron una dieta mediterránea baja en calorías e hicieron ejercicio ligero hasta seis días a la semana ganaron músculo y perdieron una cantidad significativa de grasa corporal al final de un año.

Condición que mantuvieron durante tres años, de acuerdo con un nuevo estudio.

Este estudio demuestra que una dieta mediterránea con control de calorías además de ejercicio no produce simplemente pérdida de peso.

Da como resultado una redistribución de la composición corporal de la grasa al músculo.

El Dr. David Katz, especialista en medicina preventiva y de estilo de vida, quien no participó en el estudio.

Además de la pérdida general de grasa corporal, los participantes en el estudio redujeron la peligrosa grasa visceral del abdomen.

Vinculada con padecimientos como diabetes, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

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Si bien los hallazgos del nuevo estudio no son una sorpresa, sí amplían los beneficios de la dieta y el ejercicio desde la mera pérdida de peso hasta la movilización de grasa visceral dañina.

La grasa visceral no se puede ver.

Se encuentra detrás de los músculos del estómago y rodea los órganos profundos del abdomen.

Si la grasa visceral representa aproximadamente el 10% de la masa grasa total de tu cuerpo, eso es normal y saludable, según la Clínica Cleveland.

Sin embargo, demasiada grasa visceral puede generar inflamación y contribuir a enfermedades crónicas.

¿En qué consistió el estudio?

La investigación forma parte de un ensayo clínico aleatorio de ocho años de duración en España, en el que 23 centros de investigación evalúan cómo la dieta y el ejercicio pueden reducir el riesgo cardiovascular en hombres y mujeres de entre 55 y 75 años.

Los 6.874 participantes del ensayo tenían sobrepeso u obesidad y padecían síndrome metabólico: presión arterial alta, niveles altos de azúcar en la sangre, colesterol alterado y exceso de grasa alrededor de la cintura.

El nuevo estudio, publicado el miércoles en la revista JAMA Network Open, examinó los resultados de uno y tres años en una subpoblación de 1.521 personas que se sometieron a exploraciones para determinar los niveles de grasa abdominal visceral.

A la mitad del grupo se le pidió que siguiera una dieta mediterránea con una reducción del 30% de calorías y limitara la ingesta de azúcar añadido, galletas, panes y cereales refinados, mantequilla, nata, carnes procesadas y bebidas azucaradas.

Además, el grupo de intervención recibió ayuda de dietistas capacitados tres veces al mes durante el primer año, junto con capacitación sobre cómo autogestionarse y establecer metas.

A ese mismo grupo también se le asignó uno de los tres tipos de ejercicio: entrenamiento de fuerza, entrenamiento aeróbico o entrenamiento combinado.

Entrenamiento de fuerza consistió en ejercicios con pesas, bandas elásticas y máquinas de resistencia.

El entrenamiento aeróbico incluyó caminar, correr, nadar o andar en bicicleta.

El entrenamiento combinado fue una mezcla de ambos.

Los participantes del grupo de intervención debían hacer ejercicio al menos tres veces por semana durante el primer año y al menos dos veces por semana durante los siguientes dos años.

Cada sesión de ejercicio duraba entre 45 y 60 minutos.

El otro grupo actuó como control y no recibió ninguna instrucción sobre dieta o ejercicio.

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