Las flores, cultivadas por el hombre durante milenios, han mantenido su relevancia a lo largo del tiempo. Desde adornar tumbas hasta expresar disculpas o sentimientos románticos, ellas desempeñan un papel decorativo en nuestras vidas. Sin embargo, su influencia va más allá de lo estético. Se ha demostrado que las flores afectan positivamente nuestras emociones y estados de ánimo.
Tranquilidad y Alivio del Estrés
Las flores nos brindan tranquilidad y alivian el estrés. Sus colores vibrantes reducen preocupaciones y ansiedades, especialmente en entornos laborales. Vivir con ellas puede impulsar nuestra energía y felicidad.
Conexiones Emocionales
En salas y recibidores, donde socializamos, estas son perfectas. La doctora Nancy Etcoff, investigadora de la Universidad de Harvard, afirma que “pasar unos días con flores en casa puede afectar una gran variedad de sentimientos”. Personas que viven con ellas reportan menos ansiedad y depresión.
Compasión y Bondad
Un estudio realizado por Etcoff en 2005 reveló que las estas fomentan la compasión. Los participantes que tuvieron flores frescas durante menos de una semana experimentaron mayor bondad hacia los demás. Además, las estas alejan la tristeza y la negatividad del hogar.
Sonrisas Sinceras y Relaciones Fortalecidas
Colocar estas en áreas como cocinas y salas de estar tiene un impacto significativo. Las personas que reciben flores sonríen genuinamente, y la relación entre ellas se fortalece. Un ramo de flores puede iluminar el día de tus anfitriones.
En resumen, las flores no solo embellecen nuestros espacios, sino que también nutren nuestras emociones y conexiones humanas. La próxima vez que te inviten a una casa, considera regalar un ramo. Verás cómo su rostro se ilumina de felicidad.