Alimentos que Ayudan a Reducir el Riesgo
El cáncer es una preocupación de salud global y la evidencia científica sugiere que la dieta puede jugar un papel crucial en su prevención. Aunque no existe una dieta milagrosa que pueda garantizar la prevención total del cáncer, incorporar ciertos alimentos con propiedades específicas en las comidas cotidianas puede contribuir a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad.
La Importancia de la Dieta
La Sociedad Estadounidense contra el Cáncer en uno de sus últimos informes afirma que una de cada tres personas desarrollará un tipo de cáncer en algún momento de su vida, pero que muchos de esos casos pueden prevenirse si se modifica la dieta, entre otras cosas.
Expertos en la Materia
Johanna Lampe, investigadora sobre prevención del cáncer del Centro Oncológico Fred Hutchinson de Seattle, afirmó que no siempre es sencillo saber qué comer. Nigel Brockton, vicepresidente de investigación del Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer en Washington DC, afirmó que ningún alimento puede prevenir el cáncer por sí solo, pero que seguir una dieta sana parece reducir el riesgo de contraerlo.
Alimentos Crucíferos
Las verduras crucíferas como el brócoli, las coles de Bruselas, la coliflor y la col son fuentes ricas en isotiocianatos, que son compuestos vegetales que ayudan a nuestras células a eliminar toxinas y repararse, lo que es crucial para la prevención del cáncer.
Tomates y Derivados
Los estudios vinculan los tomates con la reducción del riesgo de cáncer de próstata gracias a sus abundantes reservas de licopeno, un potente antioxidante que da a los tomates su color rojo.
Nueces
Las nueces son ricas en grasas saludables, proteínas y fibra y los estudios han descubierto que quienes las consumen suelen tener un menor riesgo de padecer varios tipos de cáncer, en específico, los del aparato digestivo.
Bayas y Frutos del Bosque
Los frutos carnosos o bayas como las fresas, las moras azules, los arándanos, las granadas y las frambuesas están repletos de antioxidantes, como la vitamina C y los flavonoides, que ayudan a proteger las células del estrés oxidativo, un factor clave en el desarrollo del cáncer.