Impacto de ultraprocesados
Los ultraprocesados han sido señalados en un reciente estudio realizado en Reino Unido por su efecto en la pérdida de peso. Aun cuando se mantiene una dieta considerada saludable, el consumo de estos alimentos reduce la eficacia del proceso de adelgazamiento.
Qué son los ultraprocesados
Bebidas gaseosas, bollería, barritas de cereal o platos preparados son parte de esta categoría. Los ultraprocesados son elaboraciones industriales con listas de ingredientes extensas y nombres difíciles de reconocer. Se consumen masivamente en todo el mundo debido a su sabor y accesibilidad, pero investigaciones han demostrado que están vinculados a mayor riesgo de obesidad y enfermedades cardiometabólicas.
El estudio británico
Investigadores de la Universidad Global de Londres analizaron a 55 adultos en un ensayo dividido en dos fases. Un grupo inició con alimentos mínimamente procesados y luego pasó a ultraprocesados, mientras que el otro grupo hizo lo contrario. Ambos regímenes fueron ajustados a la guía oficial Eatwell.
Los resultados, publicados en la revista Nature, mostraron que todos los participantes perdieron peso. Sin embargo, la reducción fue mayor con dieta baja en ultraprocesados: un 2,06% frente a un 1,05% con ultraprocesados. Según el investigador Samuel Dicken, si los datos se proyectan a un año, la pérdida podría ser de 13% en hombres y 9% en mujeres con alimentos mínimamente procesados, frente a un 4% y 5% respectivamente con ultraprocesados.
Limitaciones del análisis
Durante la fase con alimentos poco procesados se registraron abandonos en el seguimiento, lo que representa un 20% de la muestra. Pese a ello, los autores defendieron la validez de los hallazgos. Para Jordi Salas-Savadó, catedrático de la Universidad Rovira i Virgili, aunque existen vacíos, los resultados coinciden con la evidencia epidemiológica que asocia un alto consumo de ultraprocesados con mayor mortalidad y enfermedades.
Un reto para la salud pública
Los ultraprocesados mostraron, en general, peor puntuación en calorías, grasas y azúcares, aunque no todos recibieron sellos de advertencia. Esto refleja que no basta con analizar nutrientes, sino también el grado de procesamiento. En España, un 20,3% de los alimentos consumidos pertenecen a esta categoría.
Futuras medidas
Se prevé que nuevas investigaciones amplíen estas conclusiones. Salas-Savadó sostiene que, si la evidencia sigue acumulándose, será necesario pensar en intervenciones gubernamentales que incluyan guías más estrictas o incluso medidas fiscales para reducir el consumo de ultraprocesados.