¿Cuánta carne roja es saludable?

Recomendaciones científicas sobre la carne roja

La carne roja ha sido consumida por siglos en distintas culturas y formas, pero en tiempos recientes, su cantidad en la dieta ha sido ampliamente discutida por la comunidad científica. Aunque aporta proteínas esenciales y nutrientes valiosos, su ingesta debe ser controlada y moderada para mantener el equilibrio entre beneficios y riesgos para la salud.


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Un alimento nutritivo pero controversial

Se considera carne roja a los músculos de mamíferos como res, cerdo, cordero, cabra y caballo, y es bien valorada por su alto contenido en proteínas, hierro y vitaminas del grupo B. Estos elementos son cruciales para el desarrollo muscular, el transporte de oxígeno y el correcto funcionamiento del sistema nervioso.

A pesar de sus ventajas nutricionales, también contiene grasas saturadas, las cuales, si se consumen en exceso, se han asociado con un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, estudios recientes han señalado una posible relación entre un consumo elevado y el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, especialmente de colon y recto.

Cuánto se recomienda consumir

Diversas organizaciones internacionales han estudiado el impacto del consumo de carne roja en la salud. En particular, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) propuso evaluar sus efectos luego de revisar evidencia epidemiológica que muestra incrementos modestos pero significativos en riesgos oncológicos.

Con base en esos estudios, se han establecido recomendaciones generales sobre la cantidad semanal considerada segura:

  • 200 a 250 gramos semanales, equivalente a dos porciones de 100 a 125 gramos.
  • Un máximo de 70 gramos al día, evitando exceder esta cantidad de forma habitual.
  • El consumo de carnes procesadas debe limitarse a 25 gramos diarios.

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Cómo integrar la carne roja en una dieta balanceada

Para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos, los expertos sugieren que la carne roja sea complementada con abundantes vegetales, además de elegir cortes magros y evitar las versiones procesadas. La combinación de estos elementos ayuda a mantener una alimentación equilibrada, rica en fibra y baja en grasas saturadas.

Asimismo, se recomienda variar las fuentes de proteína, incorporando carnes blancas como pollo, pavo o conejo, así como legumbres, pescados y huevos. Todos ellos excelentes opciones para una dieta saludable y diversa.

SourceADN 40

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