Descubre 12 opciones efectivas y seguras
La tos es un mecanismo de defensa del organismo que ayuda a eliminar los agentes irritantes e infecciosos de las vías respiratorias.
Sin embargo, cuando se vuelve persistente o molesta, puede afectar la calidad de vida de las personas.
Por eso, muchas buscan remedios naturales para aliviar la tos y sus síntomas asociados.
Existen diversas causas que pueden provocar la tos, como las alergias, las infecciones, el reflujo ácido o el tabaquismo.
El tratamiento más adecuado dependerá del origen y el tipo de tos, que puede ser seca o productiva.
En algunos casos, se puede recurrir a medicamentos antitusivos o expectorantes, pero siempre bajo prescripción médica.
No obstante, también hay opciones naturales que pueden ayudar a calmar la tos y a mejorar el bienestar general.
Estos remedios suelen ser fáciles de preparar y tienen un bajo riesgo de efectos secundarios.
Eso sí, es importante tener en cuenta que no están regulados por la Dirección de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), por lo que se debe buscar productos de calidad y confianza.
Además, hay que tener cuidado con las posibles interacciones que puedan tener algunas hierbas o suplementos con los medicamentos que se estén tomando.
Por eso, siempre es recomendable consultar con un médico antes de usar cualquier remedio natural para la tos.
Los mejores remedios naturales para la tos
A continuación, te presentamos 12 remedios naturales para la tos que puedes probar en casa.
Recuerda que estos no sustituyen el tratamiento médico y que debes consultar con tu doctor si la tos es grave o dura más de unas semanas.
Té con miel:
La miel es uno de los remedios más populares y efectivos para la tos.
Según algunos estudios, la miel puede aliviar la tos nocturna en los niños mejor que algunos medicamentos antitusivos.
Para preparar este remedio, solo tienes que mezclar dos cucharadas de miel con agua caliente y un té de hierbas.
Bebe esta infusión una o dos veces al día.
Eso sí, evita dar miel a los niños menores de un año.
Jengibre:
El jengibre tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas que pueden beneficiar a las personas con tos seca o asmática.
Además, puede ayudar a aliviar las náuseas y el dolor de garganta.
Para hacer un té de jengibre, corta unas rodajas de jengibre fresco y ponlas a hervir en una taza de agua durante unos minutos.
Luego, deja que se enfríe un poco y añade miel o limón para mejorar el sabor.
Bebe este té dos o tres veces al día.
Ten en cuenta que el jengibre puede causar acidez o malestar estomacal en algunas personas.
Líquidos:
Mantenerse hidratado es fundamental para tratar la tos o el resfriado.
Los líquidos ayudan a fluidificar las secreciones y a expulsarlas más fácilmente.
Además, pueden aliviar la irritación de las vías respiratorias y el dolor de garganta.
Se recomienda beber líquidos a temperatura ambiente o caliente, ya que estos últimos pueden mejorar aún más los síntomas del resfriado o la gripe.
Entre las bebidas más recomendadas están:
- Los caldos claros
- El té de hierbas
- El té negro descafeinado
- El agua caliente
- Los zumos de frutas calientes
Vapor de agua:
El vapor de agua puede ser muy útil para aliviar la tos productiva o húmeda, ya que ayuda a aflojar el moco y a limpiar las vías respiratorias.
Para hacer una inhalación de vapor, solo tienes que hervir agua en una olla y añadir unas gotas de aceite esencial de eucalipto, menta o lavanda.
Luego, cubre tu cabeza con una toalla e inhala el vapor con cuidado durante unos minutos.
Repite este proceso dos o tres veces al día.
Otra opción es tomar una ducha caliente y respirar el vapor que se genera.
Miel y limón:
La combinación de miel y limón es otro de los remedios naturales para la tos más populares y efectivos.
La miel tiene propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y calmantes, mientras que el limón es rico en vitamina C y antioxidantes que refuerzan el sistema inmunológico.
Juntos, pueden ayudar a combatir la infección, a reducir la inflamación y a aliviar el dolor de garganta.
Para preparar este remedio, exprime el jugo de un limón y mézclalo con dos cucharadas de miel.
Toma una cucharada de esta mezcla cada pocas horas o cuando sientas molestias en la garganta.
Cebolla:
La cebolla es otro alimento que puede ayudar a aliviar la tos, especialmente la tos seca.
Esto se debe a que contiene compuestos azufrados que tienen propiedades expectorantes, antibacterianas y antiinflamatorias.
Además, la cebolla estimula la producción de saliva, lo que ayuda a humectar la garganta y a calmar la irritación.
Para aprovechar sus beneficios, puedes cortar una cebolla en trozos y ponerla en un recipiente con azúcar o miel.
Deja que macere durante unas horas y luego toma una cucharada del jarabe resultante varias veces al día.
Ajo:
El ajo es otro remedio natural para la tos muy efectivo, ya que tiene propiedades antibióticas, antivirales y antifúngicas que pueden combatir las infecciones respiratorias.
Además, el ajo contiene alicina, un compuesto que estimula el sistema inmunológico y ayuda a prevenir las enfermedades.
Para usar el ajo como remedio para la tos, puedes machacar uno o dos dientes de ajo y mezclarlos con miel o aceite de oliva.
Toma una cucharadita de esta mezcla dos o tres veces al día.
Otra opción es añadir ajo picado a tus comidas o tomar cápsulas de ajo.
Menta:
La menta es una hierba que tiene propiedades antitusivas, expectorantes y analgésicas que pueden aliviar la tos y el dolor de garganta.
Además, la menta contiene mentol, un compuesto que produce una sensación de frescor y ayuda a abrir las vías respiratorias.
Para hacer un té de menta, pon unas hojas de menta fresca o seca en una taza de agua caliente y deja que se infusionen durante unos minutos.
Luego, cuela el té y añade miel o limón si lo deseas.
Bebe este té dos o tres veces al día.
También puedes hacer gárgaras con el té de menta o inhalar su vapor.
Tomillo:
El tomillo es otra hierba que puede ayudar a tratar la tos, ya que tiene propiedades antiespasmódicas, expectorantes y antibacterianas.
El tomillo ayuda a relajar los músculos de la garganta, a expulsar el moco y a eliminar las bacterias que causan la infección.
Para hacer un té de tomillo, pon una cucharadita de tomillo seco o unas ramitas de tomillo fresco en una taza de agua caliente y deja que se infusionen durante unos minutos.
Luego, cuela el té y añade miel o limón si lo deseas.
Bebe este té dos o tres veces al día.
También puedes hacer gárgaras con el té de tomillo o añadirlo a tus comidas.
Cúrcuma:
La cúrcuma es una especia que tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antimicrobianas que pueden ayudar a aliviar la tos y sus síntomas asociados.
La cúrcuma contiene curcumina, un compuesto que modula la respuesta inmunológica y ayuda a combatir las infecciones.
Para usar la cúrcuma como remedio para la tos, puedes mezclar una cucharadita de cúrcuma en polvo con una taza de leche caliente y beberla antes de dormir.
Malvavisco:
El malvavisco es una planta que tiene propiedades emolientes, antiinflamatorias y antitusivas que pueden aliviar la tos y el dolor de garganta.
El malvavisco contiene mucílagos, unos compuestos que forman una capa protectora sobre las mucosas irritadas y facilitan la expulsión del moco.
Para hacer un té de malvavisco, pon una cucharadita de raíz de malvavisco seca en una taza de agua caliente y deja que se infusionen durante unos minutos.
Luego, cuela el té y añade miel si lo deseas.
Bebe este té dos o tres veces al día.
Ten en cuenta que el malvavisco puede interactuar con algunos medicamentos, como los anticoagulantes o los diuréticos.
Regaliz:
El regaliz es otra planta que puede ayudar a tratar la tos, ya que tiene propiedades expectorantes, antiinflamatorias y antivirales.
El regaliz ayuda a suavizar la garganta, a eliminar el moco y a combatir los virus que causan la infección.
Para hacer un té de regaliz, pon una cucharadita de raíz de regaliz seca en una taza de agua caliente y deja que se infusionen durante unos minutos.
Luego, cuela el té y añade miel o limón si lo deseas.
Bebe este té dos o tres veces al día.
Ten en cuenta que el regaliz puede elevar la presión arterial y causar retención de líquidos, por lo que se debe consumir con moderación y precaución.